Luis Rafael Hernández Palacios Mirón, candidato número 50 en la boleta morada para la elección extraordinaria del próximo 1 de junio, compartió en entrevista su visión para transformar el Poder Judicial de la Federación, a partir de una trayectoria de más de cuatro décadas en la academia, la defensa agraria y los derechos humanos.
Egresado de la Facultad de Derecho de la Universidad Veracruzana, con estudios de posgrado en la Universidad de Chile, Hernández Palacios ha sido académico en instituciones como la ENAH, la UAM y la UNAM, además de fundador del Centro de Información, Documentación y Análisis del Movimiento Obrero Latinoamericano. Fue también el primer presidente de la Comisión de Derechos Humanos de Veracruz.
Durante 18 años se desempeñó como magistrado agrario, donde trabajó con comunidades en defensa del territorio frente a amenazas como la minería y la especulación inmobiliaria. En el actual sexenio, fue designado Procurador Agrario por el presidente Andrés Manuel López Obrador, cargo desde el cual impulsó políticas para la organización social, la participación de mujeres en núcleos agrarios y la integración de ejidos en proyectos estratégicos como el Tren Maya.
Hernández Palacios propone una reforma profunda al Poder Judicial que ponga en el centro a la justicia social. Plantea que la Suprema Corte debe ejercer de forma activa su facultad de atracción de casos relevantes para sentar precedentes con perspectiva de equidad, igualdad, defensa del agua, la naturaleza, el territorio, los pueblos originarios, la niñez y la justicia familiar.
Criticó la falta de respuesta eficaz del Poder Judicial ante los juicios por pensión alimenticia que se extienden por años, y consideró urgente que la Corte se acerque a la población mediante audiencias orales obligatorias, itinerancia de ministros y foros comunitarios donde se difundan derechos colectivos
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El candidato también propuso recuperar la dimensión democrática del Poder Judicial, recordando momentos históricos en los que la Suprema Corte fue electa por vía popular y ejercía una función cercana a las demandas sociales, como ocurrió en el siglo XIX y con figuras como Benito Juárez.
Finalmente, cuestionó el impacto de las reformas impulsadas en los años noventa, que a su juicio redujeron la eficacia y el sentido social de la Corte. Advirtió que el modelo actual ha favorecido la concentración de poder en pocas familias, el uso discrecional de designaciones y una desconexión con la ciudadanía.
“Mi compromiso es con la justicia social, con una transformación profunda del sistema. No basta combatir la injusticia; hay que dar la vida para lograrlo”, concluyó citando a Albert Camus.
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